Mi amigo


Clap, un Border Collie de carácter amable y prudente, ha sido mi compañero a lo largo de casi 10 años. Sin ninguna experiencia en perros, al no haber tenido, debo confesar que Clap, me ha adiestrado a mí y ha hecho de nuestra convivencia una relación fácil y gratificante. A ambos, nos gustan los espacios abiertos y salir al campo es lo que le hace más feliz. Me observa continuamente y ahora, después de tanto tiempo, con una mirada ya sabe que pasará o que acabaremos haciendo. De inteligencia innata y extraordinaria, ha aprendido él solo, a respetar a los humanos por encima de todo, sin haber hecho nunca, ni un intento de ladrar o amenazar a nadie. Su compañía ha sido inapreciable a lo largo de estos años y su fidelidad nos sorprende y nos merece tal respecto, que si no se experimenta, no se llega a creer.


Clap, no es un perro diferente, es uno más. Es de una especie, que ha evolucionado para estar a nuestro lado, para ayudarnos i sentirse útiles y que si nosotros sabemos compensarlos, la relación se convierte en una gran experiencia.
Las fotos incluidas en este álbum, se han hecho a lo largo de los años, sin buscar una imagen artística, diferente o de calidad. Son simplemente un recuerdo y se convierten ahora, en un homenaje a mi amigo, al que intento disfrutar día a día, ahora que los dos, ya tenemos una edad.